domingo, 27 de octubre de 2013

Capítulo 3

Cuando Denis subió aquella tarde al apartamento la encontró con el pelo ensortijado en lazos blancos. Debía tener una cita importante porque odiaba hacerse rizos. Tenía el cabello lacio y en numerosas ocasiones se quejaba por eso.

Llevaba 3 meses acudiendo a verla, cada 4 días conversaban largo y tendido. Fenix le contaba los pormenores de su trabajo, los secretillos de algunos de sus clientes, sin revelar jamás el nombre de aquellos que la visitaban. Ella sabía ser discreta: “Se dice el pecado, pero no el pecador” repetía divertida. Mientras, Denis aprendía a relajarse y aprendía de la vida. Fenix contaba sus historias de tal forma que él se creía partícipe de ellas. Era una mujer muy expresiva, movía los brazos en el aire, se levantaba, paraba los relatos en los momentos de tensión, para que él insistiera en saber el final de ellos. Era maravilloso escucharla.

Aquella semana no dejaba de llover y sin embargo cuando Denis entró en dormitorio  Fenix estaba en pie, con la cabeza pegada al dintel de una ventana que había abierto. Ni siquiera lo escuchó entrar. Estaba absorta en sus pensamientos. La ciudad se despintaba con cada gota como un pentagrama llora canciones tristes. Miraba la calle y olía a adoquines mojados; sentía el frío y la humedad en el rostro, el cuello, y en la V de su pecho que quedaba a la vista entre las solapas de su batín de terciopelo verde. El bajo de la prenda estaba algo gastado. Denis no sabría decir si aquel batín pertenecía originariamente a ella. Había una profunda desolación en la habitación, la poca luz que entraba por la ventana dejaba caer la sombra alargada de Fenix en el suelo de madera en dirección a la puerta, donde se encontraba él. Sólo se escuchaba la lluvia suicidarse en las calles, precipitarse incansable y violenta.

Todo lo demás era silencio. El tiempo se había detenido en aquel preciso momento y a Denis no le importó, porque la vida le estaba regalando una imagen preciosa de aquella inalcanzable y fría mujer. Así que se agachó con sumo cuidado, muy lentamente y se sentó frente a la sombra de Fenix. Y extendió las manos hasta casi tocar su silueta en el suelo. La bordeó con el dedo índice y pensó por un instante en que deseaba saber qué pasaba por aquella cabeza hermosa enredada en lazos blancos pero acto seguido se arrepintió. Fenix se había ganado a pulso el derecho a guardar secretos más que cualquier otra mujer. Le inspiraba un profundo respeto. Estaba fascinado por el halo de misterio que la envolvía.


Y allí sentado no se atrevió a tocar más allá del borde de la silueta. Porque no tenía permiso para invadirla como los ladrones entran en las casas para llevarse cualquier cosa que creen que les pertenece. Y allí sentado fue feliz contemplando a Fenix durante toda la tarde.

Zapatos nuevos

El día que volví a verle, estaba en el centro, sacando dinero del cajero automático, dentro del banco.
Esa mañana había entrado en la habitación de mi compañera Leo para pedirle una bufanda que me hiciera juego con la chaqueta verde, una muy larga color siena que abriga bastante. Estaban haciendo temperaturas gélidas, teniendo en cuenta que aquí, se pasa directamente del invierno al verano, sin avisar, unos días ibas en jersey, y al siguiente te morías congelado buscando las llaves para entrar en casa.

Sabía que Leo estaba en su cuarto porque la noche pasada la escuché viendo la televisión. Estaba con Marco, nuestro otro compañero de alquiler.
Marco era estudiante, al igual que nosotras, pero su verdadera vocación era la fotografía. Solía retratarnos con su cámara réflex cada vez que tenía oportunidad. A mi me gustaba. La cámara, aclaro. Marco era un tanto tímido al principio. Llevaba 8 meses con nosotras y no le habíamos conocido relación alguna. Era un poco ambiguo al hablar del tema. Acabamos tomándole por alguien completamente asexual, y eso nos dio confianza. Le contábamos todos nuestros escarceos, nuestras conquistas y “futuras presas”, como Leo decía siempre en broma. Y él incluso nos daba consejos. Nos entendíamos los 3 a la perfección. Éramos como un matrimonio bien avenido, como hermanos. Éramos un triángulo de dimensiones perfectas.

Fui directamente hacia el perchero de Leo, y cuando iba a pedirle la prenda, los ví a  los dos. Bien de mañana. Estaban en esa postura tan tierna y reconfortante después del sexo.
No podía creerlo, habían pasado la noche juntos. No quise molestar, y salí despacio sin hacer ruido. No cogí la bufanda. No quise alterar esa atmósfera tan delicada.
Salí del piso y me fui al centro, a desayunar churros con chocolate. Estaba un tanto confusa por cómo sería todo a partir de entonces, pero no quise pensar más en ello. Fui al cajero a sacar dinero para unos zapatos nuevos.

Al acabar la operación, estaba allí. Tras de mí, preparado para sacar la cartera del bolsillo trasero.
Había cambiado considerablemente. Llevaba una barba desaliñada de unos 4 días, y el pelo le caía por la frente y las orejas. Espeso, y para mi sorpresa, algo canoso. Claramente se trataba de él.

-Hola chiquita.

Y me hice minúscula en décimas de segundo.

-¿Vas a comprar zapatos?

Sentía arder las orejas y las manos frías.

-Debería acompañarte. Hoy me he llevado una gran sorpresa y aún estoy impactado. Creo que yo también necesito un par nuevo. Vamos.

Guardó su cartera y sujetó la puerta del banco mientras yo salía.

-¿Cuándo te has cortado el pelo? Te has echado como 5 años encima.

-Han pasado 5 años, no es el pelo, es el tiempo.

-Vaya, quizás haya tardado demasiado.

Seguimos caminando por la avenida, sin mirar escaparates. No había razón alguna por la que tuviera que volver a pasar por aquello. Resultaba estresante. Sentía la sangre palpitar en mis sienes. La garganta seca. Frío, calor. Y él parecía divertirse con la situación.
Yo caminaba con la única intención de seguir respirando, hasta que me detuve en seco.

-¿A qué has venido? ¿Me buscabas? No lo creo. Seguramente ha sido una odiosa casualidad y como siempre, sacas provecho de ello. Hace mucho tiempo que te fuiste y apareces como si nada hubiera pasado. ¿Sorpresa? Esto es una gran putada. No tienes ningún derecho.


-Tienes toda la razón. Los zapatos que compres los pagaré yo.

-Es lo único que puedo esperar de ti, algo tan efímero como estrenar zapatos nuevos. Me vas a hacer rozaduras, lo sé.

El esplendor en la hierba





La dama Araña


martes, 22 de octubre de 2013

Counting stars

Voy en el coche de vuelta de la facultad con los limpiaparabrisas a todo gas, en tercera por el puente, no salpiquemos a los viandantes, y la música alta, alta, alta como me gusta y de repente suena One Republic que han hecho esta maravilla. Inauguro la nueva sección: Magnetofon, una canción por semana, que se ve que es un plazo de tiempo razonable, o eso dicen. Besos y abrazos desde Manhattan.


Counting Stars-One Republic

Lately I've been, I've been losing sleep
Dreaming about the things that we could be
But baby I've been, I've been praying hard
Said no more counting dollars
We'll be counting stars
Yeah, we'll be counting stars

Lately I've been, I've been losing sleep
Lately I've been, I've been losing sleep



I see this life
Like a swinging vine
Swing my heart across the line
In my face's flashing sun
Seek it out and you shall find

Old, but I'm not that old
Young, but I'm not that bold
And I don't think the world is sold
I'm just doing what we're told
I feel something so right
But doing the wrong thing
I feel something so wrong
But doing the right thing
I could lie, could lie, could lie
Everything that kills me makes me feel alive

Lately I've been, I've been losing sleep
Dreaming about the things that we could be
But baby I've been, I've been praying hard
Said no more counting dollars
We'll be counting stars
Dreaming about the things that we could be
Baby I've been, I've been praying hard

Said no more counting dollars
We'll be, we'll be counting stars
I feel the love And I feel it burn
Down this river every turn

Hope is a four letter word
Take that money
Watch it burn
Old, but I'm not that old
Young, but I'm not that bold
And I don't think the world is sold
I'm just doing what we're told
And I feel something so wrong
But doing the right thing
I could lie, could lie, could lie
Everything that drowns me makes me wanna fly

Dreaming about the things that we could be
But baby I've been, I've been praying hard
Said no more counting dollars
We'll be counting stars

Lately I've been, I've been losing sleep
Dreaming about the things that we could be
Baby I've been, I've been praying hard
Said no more counting dollars
We'll be, we'll be counting stars

Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned
Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned

Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned
Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned
Everything that kills me makes me feel alive

Lately I've been, I've been losing sleep
Dreaming about the things that we could be
But baby I've been, I've been praying hard
Said no more counting dollars
We'll be counting stars

Lately I've been, I've been losing sleep
Dreaming about the things that we could be
Baby I've been, I've been praying hard
Said no more counting dollars

We'll be, we'll be counting stars

Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned
Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned


Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned
Take that money and watch it burn
Sink in the river the lessons I learned