No me gustan los "bienquedas ", ni los héroes a los que nadie les ha pedido que lo sean. Tampoco me gustan los corrillos, las miradas fulminantes, ni los teatros. La gente que juega a hacerse la víctima, esa gente, es rastrera y cobarde. Los que juegan a creerse a esas víctimas y se hacen los protectores del reino, esos son los hijos de la hipocresía. No me gustan los "tejemanejes " ni los "correveydile " y mucho menos me gustan los engaños, las mentiras, y el daño gratuito.
La vida está llena de elecciones, es necesario para la supervivencia. Uno elige lo que come, lo que viste y algunos afortunados pueden elegir incluso lo que dicen. Por eso, porque sé que todo se acaba resumiendo a la dicotomía, al blanco o negro, y el sí o el no, he de avisar: cuando uno consiente, no hace nada, y se deja llevar por la situación, en el fondo está eligiendo.
Cuando quieres lavarte las manos de un problema que tú has desencadenado, estás eligiendo.
Cuando estás en medio de dos, y omites tu responsabilidad, oh, querido, tú ya has elegido.
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