Enciendo el Magnetofón (aviso a navegantes que es un "palabro" que me he sacado de la manga de la camisa de cuadros que llevo hoy) y me traslado directamente a la cinta casette que mi madre tenía con los grandes éxitos de Maria Dolores Pradera, grande donde las haya y a la que guardo especial cariño porque la he escuchado infinitas veces versionada por mamá. En concreto, está sonando Que nadie sepa mi sufrir. ¿Un poco de historia? Allá vamos...
Empecemos por el principio, la música y la letra. Desde mi lado del charco era completamente ignorante de quién había compuesto la pieza. Pertenece a dos argentinos, Ángel Cabral en la melodía, que sigue el ritmo de vals criollo y Enrique Diezo, afamado escritor de tangos, encargado de la letra. Estamos en 1936, y la canción es grabada por el cantante Hugo de Carril, alcanzando popularidad en Argentina, y se va versionando en la década de los 30, 40 y 50 hasta que Alberto Castillo la graba y llega a oídos de la gran Edith Piaf.
Estamos en Buenos Aires. Edith Piaf acude a la capital argentina para la inauguración del Teatro Ópera en 1953. Durante la estancia, la francesa escucha el "Que nadie sepa mi sufrir" y decide llevárselo a París para incorporarla a su repertorio. Michel Rivgauche le cambia por completo la letra original y nace así "La foulé".
La canción en castellano canta el lamento de un señor a quien lo ha dejado su amante y en francés, cuenta la desesperación de una joven que se encuentra fugazmente con un hombre entre el gentío, y lo pierde. Nada que ver, ¿Verdad?
El famoso "Que nadie sepa mi sufrir" que tantas veces he escuchado por María Dolores Pradera ha sido interpretado por otros muchos artistas, pero si tengo que escoger a uno, sin duda me quedo con un jovencísimo Raphael.
Que nadie sepa mi sufrir
No te asombres si te digo lo que fuiste,
un ingrato con mi pobre corazón,
porque el brillo de tus lindos ojos negros,
alumbraron el camino de otro amor.
Y pensar que te adoraba tiernamente,
que a tu lado como nunca me sentí,
y por esas cosas raras de la vida,
sin el beso de tu boca yo me vi.
Amor de mis amores, dueño mío, qué me hiciste,
que no puedo conformarme sin poderte contemplar,
ya que pagaste así mi cariño tan sincero,
solo conseguirás que no te nombre nunca más.
Amor de mis amores si dejaste de quererme,
no hay cuidado que la gente de eso no se enterará,
que gano con decir que tu amor cambió mi suerte,
se burlarán de mí, que nadie sepa mi sufrir.
Y pensar que te adoraba tiernamente,
que a tu lado como nunca me sentí,
y por esas cosas raras de la vida,
sin el beso de tu boca yo me vi.
Amor de mis amores, dueño mío, qué me hiciste,
que no puedo conformarme sin poderte contemplar,
ya que pagaste así mi cariño tan sincero,
solo conseguirás que no te nombre nunca más.
Amor de mis amores si dejaste de quererme,
no hay cuidado que la gente de eso no se enterará,
que gano con decir que tu amor cambió mi suerte,
se burlarán de mí, que nadie sepa mi sufrir.
No te asombres si te digo lo que fuiste,
un ingrato con mi pobre corazón,
porque el brillo de tus lindos ojos negros,
alumbraron el camino de otro amor.
Y pensar que te adoraba tiernamente,
que a tu lado como nunca me sentí,
y por esas cosas raras de la vida,
sin el beso de tu boca yo me vi.
Amor de mis amores, dueño mío, qué me hiciste,
que no puedo conformarme sin poderte contemplar,
ya que pagaste así mi cariño tan sincero,
solo conseguirás que no te nombre nunca más.
Amor de mis amores si dejaste de quererme,
no hay cuidado que la gente de eso no se enterará,
que gano con decir que tu amor cambió mi suerte,
se burlarán de mí, que nadie sepa mi sufrir.
Y pensar que te adoraba tiernamente,
que a tu lado como nunca me sentí,
y por esas cosas raras de la vida,
sin el beso de tu boca yo me vi.
Amor de mis amores, dueño mío, qué me hiciste,
que no puedo conformarme sin poderte contemplar,
ya que pagaste así mi cariño tan sincero,
solo conseguirás que no te nombre nunca más.
Amor de mis amores si dejaste de quererme,
no hay cuidado que la gente de eso no se enterará,
que gano con decir que tu amor cambió mi suerte,
se burlarán de mí, que nadie sepa mi sufrir.
La foule
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La multitud
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Je revois la ville en fete et en délire Suffoquant sous le soleil et sous la joie Et j'entends dans la musique les cris, les rires Qui éclatent et rebondissent autour de moi Et perdue parmi ces gens qui me bousculent Étourdie, désemparée, je reste lŕ Quand soudain, je me retourne, il se recule, Et la foule vient me jeter entre ses bras... Emportés par la foule qui nous traîne Nous entraîne Écrasés l'un contre l'autre Nous ne formons qu'un seul corps Et le flot sans effort Nous pousse, enchaînés l'un et l'autre Et nous laisse tous deux Épanouis, enivrés et heureux. Entraînés par la foule qui s'élance Et qui danse Une folle farandole Nos deux mains restent soudées Et parfois soulevés Nos deux corps enlacés s'envolent Et retombent tous deux Épanouis, enivrés et heureux... Et la joie éclaboussée par son sourire Me transperce et rejaillit au fond de moi Mais soudain je pousse un cri parmi les rires Quand la foule vient l'arracher d'entre mes bras Emportés par la foule qui nous traîne Nous entraîne Nous éloigne l'un de l'autre Je lutte et je me débats Mais le son de sa voix S'étouffe dans les rires des autres Et je crie de douleur, de fureur et de rage Et je pleure... Entraînée par la foule qui s'élance Et qui danse Une folle farandole Je suis emportée au loin Et je crispe mes poings, maudissant la foule qui me vole L'homme qu'elle m'avait donné Et que je n'ai jamais retrouvé... |
Vuelvo a ver la ciudad en fiesta y en delirio Sofocante bajo el sol y la alegría Y he oído en la música los gritos, las risas Que estallan y rebotan alrededor de mí Y perdida entre esta gente que me revuelve Aturdida, confundida, me quedo Cuando de repente, me vuelvo, recula Y la multitud me lanza entre sus brazos ... Llevados por la multitud que nos arrastra Nos lleva Comprimidos unos contra otros Somos un solo cuerpo El fluir sin esfuerzo Nos empuja , encadenados ambos Y nos deja Cumplidos, borrachos y felices. Impulsado por la multitud que se precipitaba Y la danza Una mezcla loca Nuestras manos están soldadas Y a veces levantados Nuestros cuerpos entrelazados despegan Y ambos caen Cumplidos, borrachos y felices ... Y la alegría salpicada por su sonrisa Me traspasa y se refleja en mi corazón De repente me gritó en medio de las risas Cuando la gente viene a arrancarlo de mis brazos Llevados por la multitud que nos arrastra Nos lleva Nos distancia el uno del otro Yo lucho y lucho Y el sonido de su voz Ahogada en las risas de los demás Y grito de dolor, de furor y de rabia Y lloro ... Impulsada por la multitud que se precipitaba Y que baila Una mezcla loca Soy transportada a lo lejos Y yo apreté los puńos, maldiciendo a la multitud que me roba El hombre que ella me había dado Y que nunca he encontrado |
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