Mi verborrea en ocasiones me supera. Puedo parecer una florecilla cándida e inocente, hasta que abro la boca y suelto alguna bomba que no ha pasado por el filtro del decoro y la educación tan primorosa que mis padres me inculcaron.
Mi Marte y yo paseamos con Harrison cerca de la Calahorra, en Córdoba, y se acercan cuatro turistas varones que seguro, habían descubierto lo que significa "Rebujito". Nos piden una foto típica, con su Puente Romano, su Mezquita, su Torre, y ellos en primer plano.
Me dispongo a disparar la cámara, y uno de ellos, el mayor de todos (de una edad indeterminada entre los 50 y los 120, no es exagerar, es que no puedo precisar), me dice en tono de broma:
-¡No me saques barriga!
A lo que yo contesto, sin filtro ninguno:
-Pues ponte de frente...
Silencio incómodo.
...
Sí, parece ser que lo he llamado gordo. O al menos "barrigón".
Perdón señor desconocido, desde mi anonimato me disculpo, pero me ha pillado usted en un día complicado... Y me lo ha puesto "a huevo".
Hoy puedo permitirme ser políticamente incorrecta. O al menos eso creo.
Besos y abrazos!!!
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