miércoles, 12 de noviembre de 2014

Interflora

Gatita ronronea entre los ciclamen color violeta,  color bugambilla,  color rosa, color ciclamen a fin de cuentas.
Ui qué suerte de vida,  soñar las flores,  oler cuánto me querías.
Ui qué peluda señorita, felina dama del centro de las floristerías.

lunes, 10 de noviembre de 2014

La caída

Aquel que se cree mejor de lo que en realidad es,  es un iluso,  uno que vive en color más allá del arcoiris,  cuando la realidad es blanca y negra.
Me duele el pecho. Y soy una necia ilusa.
Desde abajo,  sólo se puede subir.

domingo, 9 de noviembre de 2014

La medida

Que lo quería,  lo sabía. ¿Que lo quería tanto?  Pues quizás eso no lo sabía. Que sé más de lo que digo que sé,  pero esto se había escapado à mi entendimiento. A la medida. Que entiendo que lo quiero de una forma desmedida.
Duerme con semblante serio,  independiente,  duerme à parte de mí. Y así lo veo. À media luz quisiera ver lo que no se puede ver. Y por eso no duermo, intentando completar la imagen que la noche me priva.
Está durmiendo solo.
Y luego al despertar duerme conmigo.
Y yo duermo.

lunes, 27 de octubre de 2014

La vuelta

El respirar es un lujo entre las olas de una marea furiosa que se alza frente à mi.
Veo esas olas romperse efervescentes porque soy el ojo que todo lo ve. Miro con los ojos cerrados y soy consciente. No necesito la luz. No necesito el sonido. Es una escena que sucede muda y aún así la oigo dentro de mi,  con cada espuma salada.
Siento el sueño del otro,  aferrado à una pelota de tennis, y me da calor humano siendo perro.
El aire entra oxigenando las ideas que han de salvar la tierra,  esta tierra que es mi dominio. No he escuchado a nadie hablar de lo que cuesta el éxito. Las imágenes que tengo son de personas sonrientes en traje,  recogiendo premios con semblante satisfecho.
Tengo una gran ambición. En eso me he convertido. Tengo necesidad de conquistar y poseer conocimiento. Y tengo al mismo tiempo una pasividad que reta à mi codiciosa empresa.
Tengo una gran ambición y no me siento mala por eso. Sin embargo,  así fui educada. Aprender à conformarse con lo que se me dio. Aprender que no debo pedir más. Tengo una ambición tan grande que se han ahogado todas esas enseñanzas y solo quedo yo con gesto decidido a ganar.

Observo. Miro. Escucho. Siento. Disfruto.
Estoy completamente viva y pletórica. Soy la flecha que corta el aire en su rápido volar.

domingo, 3 de agosto de 2014

Dicotomía

No me gustan los "bienquedas ", ni los héroes a los que nadie les ha pedido que lo sean. Tampoco me gustan los corrillos,  las miradas fulminantes,  ni los teatros. La gente que juega a hacerse la víctima,  esa gente,  es rastrera y cobarde. Los que juegan a creerse a esas víctimas y se hacen los protectores del reino,  esos son los hijos de la hipocresía. No me gustan los "tejemanejes " ni los "correveydile " y mucho menos me gustan los engaños,  las mentiras,  y el daño gratuito.

La vida está llena de elecciones,  es necesario para la supervivencia. Uno elige lo que come,  lo que viste y algunos afortunados pueden elegir incluso lo que dicen. Por eso,  porque sé que todo se acaba resumiendo a la dicotomía,  al blanco o negro,  y el sí o el no,  he de avisar: cuando uno consiente,  no hace nada,  y se deja llevar por la situación,  en el fondo está eligiendo. 
Cuando quieres lavarte las manos de un problema que tú has desencadenado,  estás eligiendo.
Cuando estás en medio de dos,  y omites tu responsabilidad,  oh,  querido,  tú ya has elegido.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Mediterráneo Occidental

Algunas de las fotos que traje de mi crucero por el Mediterráneo Occidental. Son detalles de los lugares que visité. Objetos sin sentido, pero que al pasar por su lado, me hicieron detenerme. Gracias a Carmen y Ana por compartir sus cámaras conmigo.

¡Besos y abrazos desde un Manhattan repleto de éxamenes!

Desayunar en Tiffany's

Gafa sobre zapatos

Calcetines

Olas en Masella


Plegarias a Notre-Dame de la Garde.- Marsella

Perspectiva en Marsella

Tomate couleurs- Niza

La ventana indiscreta- Génova

Duomo Génova

El separa-calles. Génova

Candados- Florencia
Paseo-Florencia



Espejisfera - Montecarlo

Savona

Flores en Savona
Grand Holiday, Madeira- Algún lugar del Mediterráneo

lunes, 28 de abril de 2014

Coger el periódico, enrollarlo, y dar periodicazos

Voy a clavarme las uñas en el cuello,  cerca de la yugular. Clavar y sesgar uno a uno los grandes vasos cervicales,  para morir.
O voy a sacarme los ojos con una cuchara para servir helados, y al principio hará vacío en mis cuencas oculares,  pero tras un "pop" dejaré de ver las sandeces y las muestras de cinismo que la carrera me condena a  ver.
Y así,  suspendiendo cuando saco un 7 y aprobando raspada con 5,5 o 6,5 si ha habido suerte,  me licenciaré.
Me pondré un vestido precioso,  y unos zapatos nuevos,  y alguno de mis profesores (no podrá ser mi padre o mi madre, por sangresucia) me impondrá la medicina por título,  que tanto trabajo me está costando conseguir.
Y luego estudiaré el MIR,  y seguiré trabajando. Y será ahí cuando por fin todos seamos iguales. Y tengamos las notas que merezcamos según nuestro esfuerzo y capacidades. Y lo que haya aprendido saldrá de mí,  de mí misma,  no de mi BlackBerry o mi Smartphone, ni de las arducias para distraer a nuestros catedráticos y así copiar,  o chivarse los exámenes unos a otros. Falta de madurez y de respeto.  Cínicos porque están orgullosos de sus métodos deshonrosos.

Pero ahí estaremos,  el mismo día de febrero, y si existe Dios y tengo que rezar, rezaré porque por un día,  aunque sólo sea uno,  a todos se nos mida con el mismo rasero.

domingo, 27 de abril de 2014

Polvo eres

Si tengo que ver como se degrada,  se consume. Si tengo que ver como deja se ser única para convertirse en la otra. Como deja de vivir para sí misma y se niega a evolucionar, se estanca,  y no come cuando tiene hambre, no bebe cuando tiene sed. No disfruta de las mañanas ni del agua del mar. Si pierde el genio y se hace mansa como una oveja. Si tengo que ver como se flagela con látigos de 7 puntas atornilladas y cada paso,  cada movimiento y jugada están estrategicamente formuladas evaluando si le gustará, si se morirá por sus huesos,  que es en lo que se está convirtiendo. Si deja de ser ella para ser la cosa que quieren que sea,  yo me paro,  me bajo de la moto y me voy andando. Porque, y perdón por la expresión,  vaya mierda.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Mi padre me enseñó a leer los mapas

Mi padre es muchas cosas para mucha gente diferente. Y para otra gran mayoría, mi padre no es nadie, porque es un hombre discreto, y no se hace notar. Él no tiene necesidad alguna de llamar la atención, y su rictus solemne y a veces inexpresivo marca una barrera con el resto de los mortales. Pero yo veo a través de él.
De carácter complicado. Tiene un mundo a parte y vive en él tranquilamente. Es parco en palabras y en afecto hacia los demás. 
Tal como lo pinto, este hombre pareciera huraño e inaccesible. En cierto modo, así es. 
Pero no hay afirmación más certera que la siguiente, y lo escribo con la mano recta y la cabeza bien alta:
Mi padre es el mejor hombre del mundo. Lo repito:

Mi padre es el mejor hombre del mundo.


Y cito los motivos a continuación:

Mi padre canta canciones de Duncan Dhu y Gabinete Caligari cuando cree que no lo oímos. Mi favorita es y será siempre "Esos ojos negros".
Mi padre canta esas canciones con una voz grave, ronca, pausada, sin prisa. Arrastra las palabras y las abandona a un ciclo melódico e hipnótico para mí. Mi padre usaba su voz áspera para cantarme la nana que el granjero entonaba para Babe, el Cerdito Valiente, y yo al crecer y ver la película, la reconocí al instante:


"If I had words to make a day for you, I sing you a morning golden and new.


I would make this day for all time


Give you a night deep in moonshine"


-Y de esta forma dormiré yo a sus nietos-

Mi padre es tremendamente guapo. Probablemente sea el hombre más bello del mundo. Tiene facciones rectas, cejas pobladas y oscuras, una gran nariz que soporta su elevada miopía, la mirada inteligente y negra también. Los labios definidos, enmarcados en una barba densa que suele llevar afeitada, excepto cuando no trabaja. El cuello es largo y la nuez prominente. Tiene un olor característico que me encanta. Y si me siento a su lado nos clavamos los huesos mutuamente. Pero nos aguantamos. Es atlético sin proponérselo siquiera. Y me ha dado buenos genes, que junto con los de mi madre, hacen de mis hermanos y yo una estirpe atractiva. No somos nosotros, es nuestra herencia.


Mi padre es un hombre curioso, y siempre ha dominado muchas materias del saber. Mi casa está plagada de libros, periódicos y revistas. Sabe de historia, de química, física, arte, matemáticas, literatura, geografía, política, filosofía. Es para mi un ejemplo a seguir. Un reto continuo porque pretendo estar a la altura y ser una buena pareja de debate en nuestras conversaciones.

Mi padre me ha enseñado cosas diversas, como a hacer una buena foto con nuestra réflex, o a psicoanalizar a alguien mediante la grafología. Me enseñó a hacer la cama tal y como aprendió en la mili, y a hacer tortillas de patatas fritas de bolsa en el microondas.

Mi padre sabe dibujar. Hacía cómics cuando era joven y tiene el don de la perspectiva, además de un humor inteligente y negro. Le gusta el bricolaje. Tiene la maqueta de un barco de guerra español inacabada, El San Juan Nepomuceno. Y ahí está, esperando a que lo obligue a acabarlo. Mi padre en ocasiones no acaba lo que empieza. Eso también me lo ha legado.

Mi padre es un hombre magnífico en su trabajo. Lo maneja a la perfección. Se preocupa por las personas a las que debe atender y se esfuerza por superarse cada día. Además transmite confianza y respeto a la vez. Es un espejo en el que quiero mirarme el día en que me enfrente a mis pacientes, y todo lo que he aprendido de él me beneficiará en un futuro.

Mi padre conoce a las personas. Y en la mayoría de los casos, la opinión que se forma de ellas es acertada. Tiene experiencia y es alguien razonable e instruido.

Mi padre es el hombre más honrado que conozco. No hay comparación posible con cualquier otro. 

Mi padre siempre nos apoya. En mis momentos más bajos y de incertidumbre, mi padre estuvo ahí, y su saber hacer, la forma de acercarse a mí y de hacerme saber que podía contar con él, que me entendía, que respetaba mis decisiones y las compartía jamás podré olvidarla. 

Mi padre me enseñó a leer los mapas.


Me dio libertad para elegir mi propio camino y así labrar mi personalidad. Mejor, peor, pero mía.
Mi padre me enseñó a orientarme. Con el coche, en las autovías, a saber el kilómetro en el que me encontraba, a reconocer las salidas, los carreteras secundarias. Todo para llegar al punto que yo decidiera. Me enseñó a rellenar los partes de accidentes y a cambiar las luces del Citröen Xsara Picasso. Así que mi padre me ha dado la brújula y el mapa, y me ha dicho: "Vamos, adelante. Confío en que llegarás sana y salva".

Así que éste es él, resumidamente. El hombre que me querrá durante toda mi existencia y que me ha dado lo mejor que tenía. Gracias.

martes, 18 de marzo de 2014

Pues ponte de frente

Mi verborrea en ocasiones me supera. Puedo parecer una florecilla cándida e inocente, hasta que abro la boca y suelto alguna bomba que no ha pasado por el filtro del decoro y la educación tan primorosa que mis padres me inculcaron.

Mi Marte y yo paseamos con Harrison cerca de la Calahorra, en Córdoba, y se acercan cuatro turistas varones que seguro, habían descubierto lo que significa "Rebujito". Nos piden una foto típica, con su Puente Romano, su Mezquita, su Torre, y ellos en primer plano.
Me dispongo a disparar la cámara, y uno de ellos, el mayor de todos (de una edad indeterminada entre los 50 y los 120, no es exagerar, es que no puedo precisar), me dice en tono de broma:
-¡No me saques barriga!
A lo que yo contesto, sin filtro ninguno:
-Pues ponte de frente...

Silencio incómodo.

...

Sí, parece ser que lo he llamado gordo. O al menos "barrigón".

Perdón señor desconocido, desde mi anonimato me disculpo, pero me ha pillado usted en un día complicado... Y me lo ha puesto "a huevo".

Hoy puedo permitirme ser políticamente incorrecta. O al menos eso creo.

Besos y abrazos!!!

domingo, 16 de marzo de 2014

Sushi para principiantes

Hola occidentales. Sí, sí, Occidentales.
He descubierto la comida japonesa. He asomado la cabeza al "País del Sol Naciente", así, sin pensarlo siquiera. Pongámonos en situación.

Marte y yo somos una pareja que prescinde de los planes. Cuando quedamos, generalmente sólo sabemos eso, que vamos a vernos, pero tendemos a improvisar las citas. Debido a que yo volvía a la Villa (la casa familiar, donde están mis padres y hermanos en el pueblo), Marte y yo salimos el viernes a comer dispuestos a pasar lo que quedaba de mañana y la tarde juntos. Tras salir con Harrison por los alrededores del río y absorber los primeros rayos de la primavera (por fin hay sol que calienta), nos dispusimos a buscar restaurante. Un par de opciones, y canciones de Rock FM después, Marte hizo un "superaparcamiento" en la puerta del restaurante japonés, originalmente llamado:Tokio.

Estaba lleno de gente usando palillos para comer, con gran soltura, por cierto, mientras desarrollaban sus conversaciones. Primer problema:
No sé comer con palillos.
La señorita nos da mesa, en el centro de la sala, estamos rodeados de gente que sí sabe comer con palillos. Segundo problema:
Me van a ver hacer el ridiculo desde todos los ángulos, y desde la calle también, menudo escaparate tiene el sitio.
Nos traen la carta, una para cada uno, está en español, sí, pero sigo sin entender nada. No conozco los nombres de los platos y cosas como Maki, Nigiris, Miso o Sashimi me suenan a chino, o a japonés mejor dicho (chiste fácil, ,guiño, guiño). Tercer problema:
No sé qué pedir.

Marte parece estar en su salsa. Él de por sí es un hombre desenvuelto, pero me pone la excusa de que "Ha visto muchas películas orientales". Cuarto problema:
Parezco una cateta integral.
Como no tenemos ni idea de qué vamos a comer, optamos por lo fácil y pedimos dos menús del día, adjunto aquí la comanda:

Para ÉL
 Ensalada de algas mixtas
6 nigiri sushi de atún, salmón ,dorada y pez mantequilla
 Tallarines fritos
 Helado de chocolate
Para ELLA
            Sopa de miso
            12 maki sushi de atún, pez mantequilla, salmón, y aguacate con surimi
            Tallarines fritos
           Helado de fresa



Este relato continuará en cuanto estire el tiempo y pueda escribirlo. Es mi primer "relato por fascículos", tengan paciencia!

CONTINUARÁ...




sábado, 8 de marzo de 2014

Eres como el cielo

Eres como el cielo.
A veces más azul, a veces más negro.
Eres como el cielo mismamente.
Por momentos de día, y también de noche.

Eres como la cúpula celeste arañada por los deseos cumplidos.  Capaz de regar la tierra en la tormenta, de bañar a los hongos que habitan en el suelo y dar ese olor a lluvia que tanto adoro (esto es ciencia).

Eres algo excitante y sabes a lo exótico. Lo haremos todo juntos, sin listas ni programaciones, porque de todo tendemos ganas. Todas las ganas el uno del otro. 

Y por más fotos que me hagas, siempre estás en el reflejo de mis gafas. ¿Te habías dado cuenta? (Buscarte en ellas es lo más divertido).

Te quiero.


domingo, 19 de enero de 2014

Largos Domingos

Aire limpio, calles vacías. Charcos. Amoxicilina. Pilot rojo y azul. Test. Agua. Largos domingos de mirar por la ventana. Hitchcock no ha muerto todavía.

viernes, 17 de enero de 2014

Ain't no mountain high enough

¡Ya es VIERNES! Diréis, ¡Oh, qué maravilla! y yo, universitaria, diré:

Socorrooooooooo!

Ha sido una semana infernal, y la doy por concluida. Empecé el lunes con la Revisión de mi suspenso en Reumatología (he suspendido con un 7, ¿vale?, con 21/30). Increíble pero cierto. Es lo que tiene que los criterios de evaluación sean poner el aprobado haciendo la mediana (se asegura así el 50% de personas que eliminan materia, por si no recordáis las matemáticas) y poniendo como nota límite la media.
Pues si eres un mediocre como yo, y no te da para notas extraordinarias, pasas el mes de corrección acojonado, deseando que la gente que se presentó, no hubiera estudiado demasiado, pero Chica, tú y yo sabemos que eso no era posible. Se queda una mediana de 24 y una media de 22. Sobre un total de 30.

Tú, infeliz de la vida, te asomas con pavor a las listas de aprobados, te buscas, te buscas... piensas: "Desde el principio de nuevo, seguro que me he saltado". Sigues buscándote, buscándote... Y encuentras el fracaso. No estás en las listas chavalita. 

Es aquí donde echas manos del amplio vocabulario español, y despotricas, insultas y blasfemas. Cuando acabas con el Castellano, empiezas en Inglés. En inglés americano. Y no te queda más consuelo que arrastrarte hasta la Revisión.

Odio las revisiones. Sólo he ido cuando realmente me pregunto por qué he suspendido. Quiero ver mi examen. Quiero ver la plantilla. Quiero que el profesor se haya equivocado, porque no contemplo error alguno por mi parte. Esas ocasiones son contadas. Muy pocas, la verdad. Pero en este caso, os aseguro que había estudiado hasta la saciedad y sorteando los obstáculos del camino. Que no eran pocos.
Es un momento crítico, en el que te encuentras con el resto de compañeros igual de frustrados que tú. Y al otro lado de la puerta, tu suspenso.
Vamos pasando, un alumno tarda más, otro no está ni dos minutos. Ruegas en tu fuero interno que no estén cabreando al profesor para recoger tú su enfado en tu turno. Esta vez no ha sido así. 
Mi profesor es un hombre carismático, crea un ambiente de confianza únicamente con su lenguaje corporal. Es el líder de la manada. Yo lo miro embobada. Veo sus años de experiencia en la forma de dirigirse a mí. Deja bien claro que él está al mando y que "esto no son las rebajas". Pero eso no lo dice en ningún momento. Es mi mente la que habla. Quiero salir de aquí.
Llevo toda la semana enfadada porque "él me ha suspendido" y ahora lo miro y se me ha olvidado ese pequeño detalle. Ciertamente, sólo puedo admirar la maestría con la que se desenvuelve y todo el conocimiento que posee. Tengo que convertirme en alguien como él. 
La plantilla está bien. Mi puntuación es de 21. Una pregunta. Una pregunta sólo y hubiera eliminado materia. Somos conscientes de lo injusto que es. Me hace preguntas de la especialidad. Las contesto correctamente (esto me asombra a mi misma, porque no he tocado un libro de Reumatología desde hace un mes). Pero en las últimas empiezo a fallar. No es posible que apruebe. 
-Lo siento- me dice.
-Estaré preparada para la próxima vez, muchas gracias Doctor- me despido sonriendo y mantengo el contacto visual. Esto refuerza el contenido de mi frase. Le da veracidad al discurso. Yo lo sé. Él lo sabe. No he mentido. Y él me cree.
-Suerte.

Me ha dado una segunda oportunidad, la he desaprovechado, por poco. Me la he jugado a una pregunta, y he fallado. Me llevo una entrevista agradable, y la necesidad imperiosa de mejorar. Profesionales como él provocan esa sensación en nosotros, los estudiantes. Deseamos ser dignos de mantener una conversación médica con ellos. Hacerles una pregunta inteligente. Igual que con el resto de profesores que he conocido. Siempre he pensado que para enseñar hay que estar hecho de un material especial. Su trabajo es admirable. Va más allá de transmitirnos lo que saben. Motivan a su alumno. Nos dan las herramientas para labrarnos un camino, para abrir una ventana a una nueva área desconocida para nosotros. De su materia, y de la vida. 
Así que toda la negatividad con la que he pasado la semana ha desaparecido por fin. 
Queda nada para empezar de nuevo con los exámenes, no estoy totalmente preparada, pero lo estaré, en febrero o en junio, ojalá y no sea en septiembre :)

Ain't no mountain high enough



miércoles, 15 de enero de 2014

Mi perro tiene amigos

Tener a Harrison tiene sus curiosidades. Una de ellas, es que al salir al parque como cada día, te encuentras con otros perros, que juegan con el tuyo, y tú miras con cara de "Ois mi niño, mira, que ya ha hecho un amiguito", para levantar la cabeza, buscar al dueño del perro contrario, y darte cuenta de que tiene la misma expresión estúpida que tú. Un día los ves de lejos, y al poco tiempo, mientras vuestros "Pequeños del alma" corren como condenados uno detrás de otro, los adultos entabláis conversación.

Lo increíble de todo esto, es que en mi caso, ¡esos adultos no tienen nombre! Son los dueños de Pirata, Buba, Ari o Garra. Y por consiguiente, yo soy la chica de Harrison. Pasmoso, pero cierto. Adopté a Harrison con el propósito de que fuera El-único-macho-de-mi-vida hasta la Residencia ¡mínimo! Y me he convertido en "Su señora". Esperad, voy a recoger los trozos de dignidad que se me han caído al suelo...

Ya.

Mi enano paticorto de pelo basto de chucho marca-blanca tiene amigos. O eso me gusta pensar. Además reconoce frases cortas como "Vamos a la calle", "A comer" y "Coco".
Coco es el perro de nuestra amiga Pilar. Un Shih Tzu blanco y negro que suele venir a casa. Cual fue mi sorpresa, cuando al nombrarlo anoche, Harrison enloqueció buscando al can. Entonces, nosotras, incrédulas, hicimos la prueba definitiva:


Después de esto, Harry se fue a la puerta a esperar a su colega, hasta que se fió más de su olfato canino y se dio cuenta de que se la habíamos jugado.

Mi chiquito es mi compañero. No podía haber tenido más personalidad ni complementarse mejor conmigo. ¡Mi pequeño del alma con su piel de canela! -Soy una folclórica, sí, ¿algún problema?... Harrisoooooon! Ataca!

domingo, 12 de enero de 2014

The Sunday Drivers

Me quedan 5 minutos de reloj para acabar el domingo. Escribo la entrada a toda prisa, porque nos ha pasado una genialidad. ¡¡Hoy los Sunday Drivers somos nosotros!!
Y este es nuestro coche de carreras, conducido por un chavalito de cartón con el corazón de cera. Se nos derrite con sólo mirarlo.






miércoles, 8 de enero de 2014

Botellín de cerveza

Entraste en el bar, en la previa de Nochevieja. Yo ya llevaba una cerveza en la mano, y tú parecías el mismo de siempre. Sólo lo parecías.

La gente te abraza, te saludan, te quieren y te desean Feliz Navidad. Puedo leer sus labios y expresiones y mis espías lo confirman también. Insisten en saber cuándo vas a volver, hasta cuándo te quedas, cuántos kilos de macarrones y spaguettis traes en la maleta, qué tal es la vida en Italia. Me da por pensar que quieren protegerte de mi presunto halo de maldad pelirrojo de tinte. Uno de ellos me llamó fulana. Y no lo soy. Pero para ti sí me he convertido en “mengana”. Soy cualquiera entre el barullo del bar. Simplemente no existo. Y por ende, yo te ignoro. Es más fácil, pero no es lo correcto. En un universo paralelo en el que las gominolas y los zapatos son gratis, yo me atrevo a girarme hacia la puerta, y entonces, debido a que somos de los más altos de la estancia, tu mirada y la mía se cruzarían, nos saludaríamos desde la distancia sin resquicio de rencor. Nos saludaríamos de corazón. Yo te dedicaría mi mejor sonrisa y quizás eso te conmoviera y me perdonaras. Y ya está. Simple.

Esto está escrito en un desiderativo tiempo condicional. Puesto que aún no ha pasado, y dudo que se haga realidad. Los días suceden a los meses y a los años y sigo sin tener el valor suficiente para dirigirte la palabra. Un saludo siquiera. Conforme una crece, pasan dos cosas: en primer lugar, los pubs del pueblo se llenan de los niños que recuerdo haber visto en Primaria, corriendo por el patio del colegio mientras nosotros los observábamos con nuestra paternalista expresión de autosuficiente Enseñanza Secundaria Obligatoria, y segundo, una empieza a echarse experiencias a la espalda y no le queda más remedio que pararse y analizarlas. Empiezo a hacer balance de mis aciertos y errores. Mi mirada crítica particular.

He tomado conciencia de mis grandes defectos, de los que he tenido el valor de encontrar frente al espejo. Admito ser una persona soberbia. Soviética, que dice mi madre. Admito lo engreída que puedo resultar. Irritante, ambiciosa, condescendiente y orgullosa. Admito que en ocasiones puedo hacer que alguien se sienta como la mosca en la leche. Admito lo mucho que lo odio, pero admito que mi ego se resiste a poner medidas contra esa capa venenosa que cubre mi piel. Mi actitud intimidatoria y la necesidad de atención que requiero. Femme fatale. ¿Ves? Siempre acabo hablando de mí. Hay días en los que harto de mí, en serio. Haría como Peter Pan y me desprendería de mi sombra. Serían unos momentos de paz. Nunca te quejaste de eso, de lo mucho que me quiero, y nunca entenderé por qué.

Sin embargo, pese a lo tóxica que pueda resultar, algo de bueno creo poseer. Algo que se libró de ser ungido en el pecado original e intento potenciar. Ojalá y algún día pueda decirte Adiós desde lejos y no sienta que va a molestarte. Pero nunca lo sabré.

En retrospectiva, hace tiempo conseguí que al mirar atrás, al pensar en que un día hubo un  “nosotros”, los primeros recuerdos que veo son los que nos unieron. Los buenos. Son muchos y estoy orgullosa de ellos. Lo que nos separó ha hecho de los dos algo grande, cada uno en su camino. Así que a día de hoy el balance es positivo. La vida nos trata muy bien y nos ha dado a gente que verdaderamente nos comprende. Salimos ganando. El Domingo astromántico nos llevó a lo que somos, y podemos alzar la cabeza bien alto, reir y brindar con cerveza por ello. A tanto no llegamos, lo sé, pero ese toque cómico e idílico se me permite en el blog ;)

Manhattan se llena de tráfico y personas corriendo despavoridas al trabajo y a las rebajas. Y yo los observo tranquilamente mientras leo los primeros capítulos de un libro que me llena de satisfacciones,  alegrías y amor. Un libro encuadernado en una preciosa piel azul irisada. Lo saboreo. Es magnifico. 
Además, ha llegado la vuelta al cole y estamos minados de exámenes. Exámenes everywhere! ¡Suerte!

Besos y abrazos!

Abuelos supremos

Abuelas que van por la mañana juntas a "hacer los mandaos" y se cuentan lo achacosas que están, consolándose una a la otra diciendo:

-A ver, si estamos aquí de paso.

sábado, 4 de enero de 2014

El dormilón

Enciendo el Magnetofón para amenizar esta noche de estudio fría y lluviosa. Me encuentro en el pisito de soltera, robando luz de la escalera porque los cables del techo están pelados, sin casquillo y sin bombilla. Porque soy una okupa. Era lo que me faltaba para terminar de ser Indie total. Hay una alfombra en el suelo para que Harrison se acueste cuando sube de visita. Las paredes están vacías, los dormitorios desiertos. No hay muebles en la cocina ni agua corriente. Por supuesto, no hay cortinas, y ahora, en la inmensidad de la boca del lobo, prefiero mantener las persianas bajadas. Es más íntimo. Hemos colgado un flexo triste para alumbrar mis apuntes de traumatología y psiquiatría, pero lo más importante de todo, es que me llega el wifi de casa (estoy en el piso de arriba), y atraviesa los gruesos y cansados muros de piedra de esta, mi casa. Y sumando un radiador potente, ten por seguro que no necesito más.

Le encuentro un punto bohemio y romántico, es como estar en el despacho del alquimista al que aún no le ha llegado el camión de la mudanza, con sus cajas repletas de frascos, probetas y matraces en busca de la fórmula de la vida eterna. En camino.

Iván Ferrreiro suena en modo OnLine gracias a Spotify. Me dibuja una tierna sonrisa al escucharlo cantar "El dormilón". Ahora he descubierto que también puedo resultar tierna, es muy curioso ya que siempre pensé en mi misma como en el beso del gato, áspero y lleno de alfileres. En defiitiva, saboreo la letra de esta canción y al cantarla, las paredes deslucidas me la devuelven afinada.  No diré nada de ella porque prefiero que le des al Play un poquito más abajo y la disfrutes tanto como yo. 

¡Besos y abrazos desde un Manhattan sonriente y feliz!


"Ella se abraza fuerte y dice:
Las noches con sus lunas y las lunas con  sus huesos nos secuestren a los dos. Que las lluvias y los soles y las hojas en el suelo, nos encuentren a los dos. Que los años y el presente nos sorprendan a los dos."

Iván Ferreiro. "El dormilón". Val Miñor- Madrid: Historia y cronología del Mundo. 2013.