domingo, 3 de marzo de 2013

Mi cazadora de cuero azul


Soy universitaria.
No sabría decir si sólo soy eso, o hay algo más, pero para ser honestos, no tengo idea de cómo definirme. Y me planteo seriamente si tengo la necesidad.  
Supongo que son las crisis existenciales que nos persiguen continuamente, pero como no tengo intención de cortarme el pelo de forma radical (porque ya lo hice) he decidido plasmar cualquier cosa que se me ocurra en un blog.

Por lo que a día de hoy soy universitaria y blogger, supongo.

Hace unos días, reordenando apuntes y libros encontré un cuaderno muy valioso: mi primer y único diario. Es algo común que la gente los escriba, aunque yo siempre he encontrado extraño plasmar por escrito algo que de entrada, uno ya sabe, sus propios pensamientos y vivencias. No recuerdo exactamente el día en que lo empecé, pero el resultado es que tengo recogido el año de mis 16 en un cuaderno de cuadritos con la tapa roja. Nunca lo había leído hasta que lo encontré escondido entre los apuntes de primero de carrera.

Fue una sensación agridulce mirar tan atrás en el tiempo y verme en mi cama, en mi dormitorio, escribiendo tumbada boca abajo con las piernas flexionadas cruzando los pies en el aire. Fue como cuando miro fotos mías y lo único que encuentro es la imagen que se veía a través de mis ojos en aquel momento, a quien tomó la instantánea, que ya no está.

Es muy curiosa la relatividad del tiempo. Los seis años que han pasado desde entonces parecen ser minúsculos y al mismo tiempo, una eternidad. Hubo un cambio en todos y cada uno de los aspectos de mi vida, fue el primer punto de inflexión y a parte del cuaderno, el otro testigo de toda esta función es mi cazadora de cuero azul.

Es una chaqueta como otra cualquiera, con cremallera y cuatro bolsillos. Sin embargo, dada esa obsesión por buscarle a cada cosa un por qué, es especial.
Esa prenda está gastada, despintada, y seguramente, algo pasada de moda, pero resultaría incómoda para cualquier otra persona que se la pusiera. Tiene mi forma. Me envuelve. Se ha hecho conmigo mientras he crecido. Y aquí estamos las dos esperando a que pase el invierno, para plantarle cara al siguiente.

Mientras el mundo da vueltas, yo busco elementos constantes que no hayan girado con él.



La chica del cuaderno de ayer, sin saber cómo, hoy está en Manhattan, con su cazadora de cuero azul.









Besos y abrazos

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